Desde la Reforma Fiscal para 2008 y hasta hoy en día uno de los temas más controversiales en el área fiscal es el impacto negativo que ha dejado el IETU en los sectores productivos. Este impuesto se adoptó de Italia y desde el principio pretendía elevar la recaudación tributaria de nuestro país pero que sin embargo contempla diversas situaciones que podríamos considerar contrarias a los principios de equidad y proporcionalidad que establece el artículo 31 fracción IV de nuestra Constitución es por ello que no es novedad saber el sinnúmero de amparos que en su momento promovieron los grandes empresarios, además de que fue señalado como un impuesto Inconstitucional que violaba los principios de la Carta Magna.
Según los expertos en la materia, el primer lugar se está violentando el principio de proporcionalidad Al establecerse que se consideran todos los ingresos cobrados pero no todas las erogaciones pagadas, el resultado del IETU por lo tanto, se va a gravar sobre una base irreal la cual no representa la capacidad económica del contribuyente.
Por otro lado irrumpe con este principio, al no permitir incluir en el crédito los activos adquiridos antes del 98, lo cual afecta sobre todo a quienes adquirieron edificios que sabemos se deprecian por 20 años.
Finalmente en las operaciones realizadas a crédito que se cobran en el ejercicio posterior, van a pagar ISR en un ejercicio y el IETU a la hora de cobrar dicha operación, lo cual es pagar doblemente un impuesto ya que al pertenecer a ejercicios distintos, no se permite el acreditamiento.
Y por otro lado violenta el principio de equidad Al no considerar como objeto de impuesto el pago de regalías entre partes relacionadas, pero si considerar como tal a las regalías entre partes independientes y también al establecer que se deberá acumular para IETU el valor de las ventas de exportación si después de 12 meses no se cobran, pero para operaciones de venta en territorio nacional sólo se acumulará lo efectivamente cobrado, por lo que no se acumulará lo que no se cobre, sin importar el tiempo que pase sin que se cobre.
Ahora bien, el Impuesto Empresarial a Tasa Única, es una contribución que el Gobierno estableció para probar si podía conseguir una mayor recaudación y digo “probar” ya que no tenían la certeza de lo que desencadenaría esta nueva Ley, lo cual creo que es una falta muy grave por parte del Gobierno Federal al aprobar un impuesto que todavía no tenía la suficiente solidez para enfrentar las críticas, amparos y demás obstáculos que se le han ido presentando desde su vigencia.
No podemos dejar de reconocer que existen avances significativos en el control constitucional, pero los intentos por crear leyes arbitrarias, procedimientos y actos administrativos arbitrarios también se han ido incrementando de manera continua.
En la exposición de motivos también se dijo que este era un impuesto complementario del Impuesto Sobre la Renta, lo cual es imposible ya que no tienen punto de comparación por lo tanto dos contribuciones de origen y objetivos tan distintos no pueden complementarse.
El problema más relevante que le encuentro al IETU es que castiga la deducción de gastos tan indispensables como lo son los factores de producción (sueldos y salarios), y lo intereses pagados con fines de la empresa; no obstante, sabemos que se puede acreditar una parte de los sueldos y salarios pagados y gravados pero los empresarios claro que no se van a conformar con eso, porque el factor más importante para que una empresa funcione es la mano de obra y si está no me va a servir como una deducción completa, entonces el empresario prefiere no incrementar el pago de salarios, no contratar más personal, y mucho menos darla de alta en el Seguro Social porque obviamente tampoco lo podrán deducir.
Por: C.P. Ileana González Delgado
Egresada de la Universidad Cristóbal Colón
Estudiante de la maestría en Impuestos de la Universidad Cristóbal Colón
Labora en el Despacho Pastrana Rodríguez y Asociados SC.
Correo electrónico: gd.ileana@gmail.com
Twitter: @ileanitagd
