Soy un contador de historias y, por la tanto, antes de proponer un brindis, voy a contarles una.
Érase una vez un niño que a los cinco años aprendió a leer. Eso le cambio la vida. Gracias a los libros de aventuras que leía, descubrió UNA MANERA DE ESCAPAR DE LA POBRE CASA, del pobre país y de la pobre realidad en que vivía, y de trasladarse a lugares maravillosos, esplendidos, con seres bellísimos cosas sorprendentes donde cada día, cada noche, significaba una manera más intensa, aventurera y novedosa de gozar.
Gozaba tanto leyendo historias que, un día, este niño, que era un joven, se dedicó también a inventarlas y escribirlas. Lo hacía con dificultad pero, al mismo tiempo, con felicidad y gozando cuando escribía tanto como leía.
Sin embargo el personaje de mi historia era muy consciente de que una cosa era el mundo de la realidad y otra muy distinta, el mundo de los sueños y la literatura y que éste ultimo solo existía cuando leía y escribía. El resto del tiempo se eclipsaba.
Hasta que un día en un amanecer neoyorquino el protagonista de mi cuento recibió una sorpresiva llamada en la que un señor de apellido impronunciable le anunció que había recibido un premio y tendría que ir a recibirlo a una ciudad llamada ESTOCOLMO, capital de un país llamado SUECIA…algo así.
Mi personaje comenzó entonces, maravillado, a vivir, en la vida real, una de esas experiencias que hasta entonces, solo existían para el en el dominio idea e irreal de la literatura. Todavía sigue allí, desconcertado, sin saber si sueña o está despierto, si aquello que vive lo vive de verdad o de mentiras, si esto que le pasa es la vida o la literatura, porque los límites entre ambas parecen haberse eclipsado por completo.
BRINDEMOS por Suecia, ese curioso país que parece haberse conseguido, para ciertos privilegiados, el milagro de que la vida sea literatura la vida misma.
SALUD Y MUCHAS GRACIAS.
Ahora que se inició la campaña de la lectura, aquí una muestra importante de este gran personaje, que nos narra como fue conociendo historias, aventuras y fantasías en los libros. Ojalá que esto nos lleve a inducir a los que nos rodean a formarse el hábito de leer y transportarse a otros mundos.
@Chacemm